Puebla, Pue. El gobernador electo Alejandro Armenta ha dado un paso entrañable para conectar con el espíritu de la tradición mexicana: ha decidido colocar ofrendas en la Casa de la Transición, recordando que en Puebla la historia, el folclore y el respeto a nuestros seres queridos son elementos vivos que nos unen. Para Armenta, el “Día de Muertos” no es solo una fecha en el calendario; es una celebración que, año con año, nos recuerda de dónde venimos y nos permite transmitir esas creencias a las nuevas generaciones.
Armenta explicó que el Día de Muertos se vive con un colorido particular en Puebla, donde cada región honra a sus difuntos de formas únicas y profundas. Desde los altares monumentales de Huaquechula, pasando por las velaciones en Tochimilco y Tehuitzingo, hasta el conmovedor festival de la Luz y la Vida en Zacatlán y Chignahuapan, el estado ofrece un abanico de expresiones que, en palabras del gobernador electo, “muestran la esencia de lo que somos como pueblo”.
Con su iniciativa en la Casa de la Transición, Armenta no solo refuerza el valor de las costumbres, sino que también recuerda la importancia de cada detalle de la ofrenda. Siguiendo la creencia popular, cada día tiene un significado especial para recibir a las almas: desde el 27 de octubre, cuando llegan las almas de las mascotas, hasta el 2 de noviembre, cuando todas las almas se encuentran en el altar. Las ofrendas honran a quienes nos han acompañado y a quienes nos han dejado, recordando que su esencia sigue presente en nuestros corazones.
Uno de los gestos más emotivos en las ofrendas de la Casa de la Transición es la sección dedicada a las mascotas. Armenta enfatizó que, como seres sintientes, nuestros compañeros animales merecen también su lugar en la tradición. “Es una manera de recordar a esos amigos leales que nos dieron su amor incondicional y que siguen en nuestra memoria,” señaló.
Para Armenta, estas tradiciones no solo son un recordatorio de nuestras raíces, sino una celebración de vida y memoria. En un estado como Puebla, con una rica herencia cultural, el altar de muertos es más que una ofrenda; es un puente entre generaciones que honra y preserva nuestra identidad. Con esta iniciativa, el gobernador electo ha dado un mensaje claro: la tradición vive y se renueva cada año, y en su administración, el legado cultural de Puebla tendrá un lugar de honor.